Se localiza en una de las zonas más bonitas de Madrid y eso se nota por dentro. Porque las mejores ubicaciones inspiran a la hora de diseñar y crear interiores. Tiene 180 metros cuadrados y este proyecto de decoración e iluminación tiene mucho carácter. Aunque es atrevido y rompedor, en él se respira al mismo tiempo una armonía perfecta.
La zona social de la casa se compone de un espacio abierto que acoge una cocina con isla, un comedor justo en frente de esta y, al fondo, un salón con balcones a la calle. Pusimos un cortinón corredero que limita toda la zona de sofás para darle privacidad en cualquier momento, lo que le otorga un punto de teatralidad al conjunto. Así, muchas paredes verticales se han pintado en colores vibrantes para actualizar y rejuvenecer los espacios, como es el caso del tabique que respalda a uno de los sofás, vestido en un divertido tono vainilla-dorado que potencia la luz procedente de los ventanales. Y es justo en este frontal donde aparece la primera sorpresa de la casa, el retrato enorme de un simpático mono. En el estudio, a la hora de crear un proyecto, nos encanta guiarnos por alguna historia en particular de la familia que allí va a vivir. Les preguntamos cuáles era su animal favorito y nos hablaron de un mono. Encargamos el dibujo a la artista y grafitera Estefanía Ocampos. El resultado no pudo ser mejor y el mono más alegre del barrio (aunque posiblemente sea el único…) se convirtió en un miembro más de los que habitan la casa.